jueves, 28 de mayo de 2009

Lobato, el de los 12.000


Por Sole Leyva
Tres son los calvos que han conquistado al gran público español: el de Mr. Propper, el de la Lotería y Antonio Lobato, el hombre-periodista-noticia-anuncio. Ninguno de los dos primeros se levantará nunca tanta guita como el comunicador asturiano. Es uno de los periodistas más demandados en actos sociales y deportivos. Más incluso que el hasta en la sopa Manolo Lama –le dobla en entradas en Google-.

Para cubrir la demanda, el periodista ha tenido incluso que abrir su propia página web, que tiene decenas de miles de usuarios únicos. Por haber hasta existen sites no oficiales sobre él. Como una 'rock-star'.

Seguir el rebufo de Fernando Alonso es lo que tiene. De su ficha por la Sexta se dice que ronda los 600.000 euros anuales. Como muestra, un botón. Por cada bolo al que acude -presentaciones de libros, galas o lo que sea- se levanta 12.000 euros. Da igual si dura 30 minutos o tres horas. Al acabar, el ex calvo de Telecinco ya se lleva en los bolsillos un cheque de 200.000 cucas de las de antes.

Con este Alonso timorato y reservón, siempre celoso de su intimidad, Lobato se ha convertido en la verdadera imagen de la Fórmula 1, en el contrapunto perfecto al poco dado a la fanfarria Alonso. Rodó anuncios de todo tipo, hizo de Ramón García en la campanadas de Nochevieja, prestó su voz para una película (Cars) y como otros comunicadores, se convirtió en el narrador de un juego de la Playstation. Cruz y Raya no dejó pasar tampoco la ocasión de burlarse del periodista en uno de sus pocos salvables sketchs.
La Fórmula 1 es Lobato. El propio Alonso medió con su amigo para que fichara por la Sexta cuando cambiaron de dueño los derechos audiovisuales. Para que siguieran mano a mano. Lobato, curtido en prensa, radio y televisión, con muescas de ABC, Radio España, Onda Cero o Telecinco, supo mimar el filón desde el principio, definir bien la frontera entre su amistad con el piloto y lo que era noticioso sobre él.

Nada de su vida personal. Fue su máxima. Y el conductor de Renault ha valorado la fidelidad. Son amigos íntimos. Su ascenso mediático es tal que parte del público simpatiza más con él que con el propio Alonso. Su nivel de protagonismo llega tan lejos que todos los años se monta un partido de fútbol, normalmente en Madrid, entre los amigos de Alonso y los de Lobato. De tú a tú. De igual a igual. Es el único momento en que Alonso es enemigo de su paisano. Aun así, siempre gana el equipo del piloto. Y de paliza.

Alonso, al que no le gusta perder ni a las chapas, se lleva a exfutbolistas. Tramposillo

1 comentario: