jueves, 2 de septiembre de 2010

No sin mis fotos

Por Sopenilla
Quizá todos los seres humanos necesitamos nuestra pequeña parcela de poder. Sí, ese espacio con inmunidad jurídica con el que todos soñamos de vez en cuando. Un reducto ajeno a las injerencias externas en el que somos nosotros quienes ponemos las reglas, sin que la consiguiente protesta –si es que la hubiese– tenga derecho a derogar la normas establecidas por injustas que fueran. Uno podría pensar que la sombra de lo público es tan alargada que apenas queda suelo urbanizable donde edificar este tipo de paraísos legales. Se equivocan. El último terreno sin colonizar lo ocupan los clubes de fútbol.

El último en hacer gala de esta legítima arbitrariedad ha sido el Southampton inglés. A falta de un par de días para que el balón echase a rodar en la League One, los Saints se descolgaron del resto de equipos de la categoría con el anuncio de prohibir el acceso al campo a los redactores gráficos. A simple vista, podría pensarse que la medida estaba inspirada en los problemas de espacio que genera la hilera de fotógrafos que se aposentan en cada partido tras la línea de fondo.

La verdad es que, visto tal que así, el argumento resulta hasta cierto punto sensato. Algunos jugadores ya no tendrían excusa para lanzar mal un saque de esquina ni muchos periodistas estarían obligados a saltar al terreno de juego con un casco modelo Cech. A fin de evitar equívocos, el portavoz del club, Jordan Sibley, aclaró que se trataba de una decisión basada en el ahorro. El mérito, que no la culpa, de que ahora haya menos flashes en St. Mary’s se debe a la agencia Digital South. Estamos en crisis. Así que nada mejor que “aconsejar” a los medios que negocien personalmente con la citada agencia y que aparquen, de este modo, la idea de mandar un enviado especial a Hampshire.

Contra la censura, Subbuteo

Lógicamente, las reacciones por parte de todos los protagonistas no se hicieron esperar. Los dirigentes de la League One optaron por no inmiscuirse demasiado en el asunto dejándolo en manos de la citada agencia. El propietario de la misma, Robin Jones, también se desmarcó comunicando su renuncia a aceptar el monopolio por estar en contra del veto periodístico. Pese a este contratiempo, el Southampton no dio marcha atrás y ratificó su intención de utilizar únicamente a sus propios fotógrafos. Según fuentes del club, “las imágenes seguirán estando a disposición de todos los medios”. Eso sí, previo acuerdo comercial en mano. Se ve que el futuro del merchandising deportivo es cobrar los derechos de las fotografías de tu propio equipo.

La política adoptada por el Southampton también fue motivo de discusión dentológica en el seno de los principales órganos de defensa de la profesión. La Sociedad de Editores, traducción literal de la Society of Editors, entró en escena remitiendo un escrito al club rojiblanco en el que mostraba su desaprobación. En palabras de Bob Satchwell, cabeza visible de la asociación, la decisión sólo podría contribuir a “dañar la imagen del club, del fútbol en general y de la función de los medios de comunicación”.

Al final, en prueba de que el gremio aún conserva su dignidad, han sido los propios medios los que han dejado caer la última palabra sobre el caso. El Sun despachó la crónica del primer partido de liga con un titular tan expresivo como “Opposition 0 Plymouth 1”. Mientras que, por su parte, el Plymouth Herald, el periódico local de referencia de la ciudad del equipo visitante, recurrió a unas viñetas dibujadas por un historiador hincha del club, para recrear el gol de la victoria.

Aunque la propuesta más destacada, en esta suerte de buscar salvoconductos para sortear el “baneo fotográfico”, ha sido la utilizada por el Swindom Advertiser hace apenas unos días. Ni corto ni perezoso, Anthony Marshall, el jefe de deportes, tomó prestado el Subbuteo para reproducir los highlights de la victoria de su equipo frente a los Saints en el Jonhstone’s Paint Trophy, una competición que se disputa entre los conjuntos de la League One y la League Two.

Después de customizar a los jugadores de plástico para la ocasión, Marshall se pasó el partido registrando las principales jugadas, para luego poder reproducirlas con el juego de mesa en cuestión. Una muestra de ingenio para evidenciar el carácter mercantilista de todo este asunto. “Los clubes necesitan a los periódicos tanto como los periódicos a los clubes. Ellos obtienen publicidad gratis de su equipo y de sus sponsors cuando aparecen en nuestras páginas. Pero en el Southampton quieren hacernos creer que están por encima de eso. Cuando un club de la división de bronce del fútbol inglés empieza a hablar sobre derechos de imagen, es que entonces hay un problema”. Sin duda.