Pepe y Raquel Mosquera, mentes paralelas

Por Lola Dirceu
A la rista de partidos que le van a caer al portugués por soltar patadas mejor que Froilán a sus primos en la boda de los Príncipes, se podría añadir otra sanción, digamos, de corte clínico. Abogaba, clamaba, bramaba por ella, ayer en el programa Punto pelota de Radio Intereconomía, Jorge D'Alessandro: “A Raquel Mosquera la ingresaron por menos que lo de Pepe. No está en sus cabales”.

Así que, según el ex portero del Salamanca y ex nefasto entrenador del Atleti, el luso ha sido presa de un brote psicótico, de una enajenación mental transitoria, de un arrebato en el que, como la peluquera viuda de Pedro Carrasco, se le ha visto acunar una muñeca en el vestuario del Bernabeu, encender compulsivamente mecheros y amenazar con ellos, decir hijo de puta en lenguas muertas y babear con la mirada absorta ante una foto de Casquero. Vamos, que está como una cabra y que cualquier día se vuelve a rallar

"¡Que estoy muy loco, hostias!", avisaba Antonio Banderas en la almodovariana Ley del deseo. Ante este rotundo y concienzudo diagnóstico alessandrino del cruce de cables del central, los responsables del merchandising del Real Madrid se han puesto puñetazos a la obra. Acaban de serigrafiar el dorsal 3, el escudo, el logo de Adidas, la publi de Betandwin y demás detalles, en una camisa de fuerza, blanquísima, por supuesto, para despachar en la tienda del Bernabeu. Andan gestionando apariciones millonarias en Donde estás corazón y La noria para que Pepe comente si oye voces, si tantea el suicidio, si sopesa darle un lingotazo al Don Limpio... Ciertos sabios de las ondas sí parece que antes de entrar en la pecera se ponen hasta el culo de chilitbang. Tweet