jueves, 25 de junio de 2009

No, we can not

Nos subimos a las barbas de la NBA en la pasada final de los Juegos de Pekín, pero el oro, ay el oro, era metal pesado por las venas rojigualdas. Para devolver la afrenta, nada mejor que una pachanguita en la Confecup, bolo ideado desde las orondas barrigas de la FIFA. Cambiamos el balón Molten por un Adidas y asunto arreglao. Ganamos a los yanquis, jugamos la final contra Brasil, aumenta el récord con el himen intacto, Telecinco sigue haciendo cuñas vomitivas con la dichosa leyenda roja y santas pascuas.

Pues no, we couldn’t, señor Del Bosque. Tras el exorcismo nacional al ganar la Eurocopa, hemos resucitado goles de Cardeñosa y pifias de Salinas de una tacada y en la fecha más inesperada. Era un torneo menor (vale, escuece menos), pero el drama español siempre regresa cuando la guardia baja. De 100 nos ganan una, tocó ayer y Obama se tiene que estar aún descojonando (especialmente de Sergio Ramos).

¿La solución para ganar el Mundial de 2010? Convocar a Rául y a Guti, sacar a Di Stefano en procesión, y para la próxima que el CNI espíe la táctica de los rivales en un barco e invitando a unas cañas a la delegación de turno. Será que nosotros somos país más de barras que de estrellas… Como diría un usuario brasas de Marca.com en casi todos los foros en los que participa (sean de la naturaleza deportiva que sean), este cataclismo “acerca a Fernando Alonso a Ferrari”. Más razón que un santo.

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